Santa Colomba, virgen y mártir de Córdoba
Santa Colomba, virgen y mártir de Córdoba
Atraída por un grande amor al Señor, Colomba le dedicò totalmente su vida en un monasterio cerca de Córdoba, España. Ejemplo de santidad y grande estudiosa de la Escritura, durante la persecución de los Moros, desobedeció a los obispos y se autodenunció como cristiana. Murió mártir en 853.
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Santa Columba, virgen y mártir
fecha de inscripción en el santoral: 17 de septiembre
†: 853 - país: España
otras formas del nombre: Coloma
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santa Columba, virgen y mártir, que en la persecución desencadenada por los musulmanes confesó espontáneamente su fe ante el juez y demás magistrados, por lo que fue decapitada frente a las puertas del palacio.
refieren a este santo: Santa Pomposa
Columba fue una de las víctimas durante la persecución de los cristianos en España, iniciada por los moros en el año de 850. De acuerdo con San Eulogio, quien escribió un relato de los martirios titulado "Memorial de los Santos" y que también dio la vida por la fe, Columba era natural de Córdoba. Su hermano Martín era abad de un monasterio y su hermana Isabel, junto con su esposo Jeremías, había fundado otro monasterio doble en Tábanos, en el que los dos se retiraron con sus hijos. Inspirada por aquellos ejemplos, Columba resolvió entregarse a Dios en el claustro, pero su madre que era viuda y deseaba casarla, se opuso enérgicamente. Como la madre de Columba sospechaba que la hermana monja tenía mucho que ver en la decisión de la joven, visitó a Isabel para exigirle que la dejara en paz; pero todos los esfuerzos de la dama viuda fueron inútiles y, a fin de cuentas, Columba entró de monja en Tábanos. En el año de 852, la persecución de los moros expulsó a las monjas de su convento y todas fueron a refugiarse en una casa de la ciudad de Córdoba, vecina a la iglesia de San Cipriano. No obstante que en aquel mismo año las autoridades eclesiásticas habían aconsejado a los cristianos que se abstuvieran de provocar a los perseguidores, Columba abandonó secretamente su refugio y se presentó ante el magistrado moro para negar abierta y deliberadamente la divinidad de Mahoma y de su ley. Inmediatamente fue decapitada por su temeridad, el cuerpo mutilado se arrojó a las aguas del Guadalquivir de donde lo recuperaron los cristianos para darle digna sepultura.
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