Evangelio INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, memoria obligatoria

 INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, memoria obligatoria

Leccionario

En esta memoria el Evangelio es obligatorio. La primera lectura con su salmo, ordinariamente, de la feria.

PRIMERA LECTURA

2 Tm 4, 1-8

“Cumple tu tarea de evangelizador. Pues yo estoy a punto de ser derramado en liberación y el Señor me dará la corona de la justicia.”

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 1-8


Querido hermano: Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta, con toda magnanimidad y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les guste oír; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta los padecimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio. Pues yo estoy a punto de ser derramado en liberación y el momento de mi partida es inminente. He combatido el noble combate, he corrido la carrera, he conservado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.


Palabra de Dios.


Salmo responsorial

Sal 70.

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día. No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones.

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas; mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación.

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Y yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; tocaré para ti la cítara, Santo de Israel.

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Aleluya

Cf. Lc 2, 19

R.Aleluya, aleluya, aleluya.

V.Bienaventurada Virgen María, que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su corazón.

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio

Lc 2, 41-51

“Conservaba todo esto en su corazón”

+Lectura del santo Evangelio según san Lucas.


Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.


Palabra del Señor.


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